sábado, 25 de junio de 2011

El final de un sueño

A la mañana siguiente me desperté con muy pocas ganas de empezar el día; pues las vacaciones habían llegado a su fin y el "deber" llamaba, una vez más, a mi puerta.

Cogí las maletas y la ropa del armario y con un pie delante del otro abandoné la habitación del hotel. Me dirigí hacia el garaje del mismo, coloqué las llaves en el contacto y encendí el coche. Una terrible tristeza se palpaba dentro del Seat Ibiza de color negro; las lágrimas inundaban mis ojos y mis manos temblaban tanto como aquel día en el que un mensaje de la UDC anunciaba mi aprobado de Geografía. Apagué el coche, cerré los ojos y me quedé un rato dormido. 

Al despertar, me encontré en la habitación de mi casa acostado con mi novia y rodeado de todas mis cosas. Sí, había sido un sueño; un sueño tan hermoso que, sin duda, algún día se cumpliría.

Esto no es un adiós, sino un hasta luego, pues muy pronto estaré de nuevo con vosotros en alguna nueva aventura.

¡Hasta Siempre!

De fiesta por Boiro

Era sábado y también la última noche de mi estancia en Boiro; así que nada mejor que salir de fiesta por el pueblo. Comencé la velada cenando en "Parrillada Don Paquito" donde degusté el mejor churrasco asado que había tomado en mi vida. ¡Estaba buenísimo!

Inmediatamente después de cenar, me dirigí hacia la zona de marcha. Durante toda la noche recorrí varios pubs; todos ellos muy distintos entre sí y con ambientes muy diferentes, pero a la vez muy acogedores. Algunos de estos fueron el Aturuxo (un "garito" con música tradicional gallega); el Arena, el Dralión y el Budha (estos tres con música de tipo mucho más actual) o la Pousada das Ánimas (en el que se realiza todos los sábados una queimada).

No obstante, el local que más me llamó la atención de todos los que visité fue el Pub Duplex, un lugar idóneo para disfrutar de una noche de marcha, tomando un par de copas y en el que conocí mucha gente nueva y  acorde a mi edad. Otro de los que más me gustaron fue el Pub Tsunami, con un ambiente un tanto peculiar que nos recuerda al Caribeño. Si os pasáis por Boiro no dejéis de visitarlos ¡Son fantásticos!

Finalmente, despues de una noche así, llegué a la habitación del hotel Jopi y me quedé dormido deseando que el mañana tardase mucho tiempo en llegar. 

Aprovechando algunos rayos de sol

Se había quedado una bonita tarde. A pesar de que todavía no era verano, la temperatura que indicaba una de las farmacias de Cabo de Cruz era de 22ºC así, que me armé de valor y decidí dirigirme hacia la "Playa de Mañóns" con el fin de darme un buen baño y broncearme un poco al sol (pues sería "absurdo" haber visitado Boiro sin haberse bañado entre sus aguas cristalinas).

De este modo, el recorrido que tuve que realizar para llegar a mi siguiente destino en poco tiempo no fue un obstáculo; el trayecto en coche desde Cabo de Cruz a la Playa de Mañóns tiene una duración escasa de 11 minutos aproximadamente. Aquí os dejo un mapa en el cual se reflejan las calles que debéis tomar si seguís mis pasos en este viaje.


Ver Playa de Mañóns en un mapa más grande

Cuando llegué, la Playa de Mañóns estaba abarrotada, se notaba que era fin de semana y que el verano se estaba acercando.

El paisaje era precioso: la marea era alta y la brisa golpeaba suavemente el rostro de mi cara. Otros, en cambio, optaban por tomar el sol en la arena o darse un baño tranquilo. Aquí os dejo un vídeo que inmortaliza algunos de aquellos momentos. Espero que os guste.



Lo siento, pero todos se lo estaban pasando tan bien que yo no quería ser menos, así que me puse el bañador y corrí playa abajo con el fin de darme un buen baño.

De la decepción a la admiración

A escasos 4 kilómetros del centro de Boiro se encuentra el pueblo pesquero más importante de la localidad (Cabo de Cruz). Así pues, percatándome de que estas vacaciones pronto llegarían a su fin, decidí acercarme a este lugar para observar en primera persona ese pueblo del que tan bien me habían hablado.

Sin embargo, en un primer momento el pueblo causó en mi una gran decepción; pues a pesar de que era un lugar tranquilo y hermoso, no se correspondía con la idea que en mi cabeza se había formado del lugar. No obstante, pronto comprendí que el mayor encanto de este pueblo residía, sin duda, en su puerto pesquero.
Atardecer desde el Puerto de Cabo de Cruz
Según me confirmaron los autóctonos de la zona, Cabo de Cruz se caracteriza, entre otras cosas, por ser el puerto marítimo más importante en lo que a marisco se refiere; pues en él se encuentran reflectadas varias asociaciones profesionales y empresariales del mundo del sector marítimo, la pesca, el marisqueo y la acuicultura. 
Gracias a estas asociaciones, más de un 90% de la población de esta parroquia vive vinculada al mar, bien sea directamente (sector extractivo) o indirectamente (sector transformador). 

Aun así, el Puerto de Cabo de Cruz no sólo es importante por ser el lugar de varias asociaciones de marisqueo, sino también porque "en situ" tiene lugar cada mes de agosto una de las exaltaciones de mejillón más prestigiosas y reconocidas de toda la Comarca del Barbanza; siendo esta uno de los mayores motivos de  atracción de turistas y visitantes que llegan a este puerto dispuestos a degustar (quizás por un precio más alto)  de una gastronomía envidiable y peculiar que la diferencia de toda la zona costera de Galicia y del resto de las Rías Baixas. 

Pero la importancia de este puerto no termina aquí; en él se celebran anualmente una de las regatas de piragüismo más importantes de toda la comarca, a la que también acuden competidores de diferentes puntos de Galicia. 

miércoles, 22 de junio de 2011

En tiempo de harina y "muiñadas"

A mis 21 años jamás había tenido la oportunidad de haber visitado un molino antiguo, pero la idea de hacerlo me llamaba la atención desde que era muy pequeño. Así pues, y aprovechando que me encontraba en esta increíble localidad, decidí acercarme hasta el conocido "Molino de Ponte Goiáns"; un antiguo molino (en desuso) situado a la vera del río Coroño, en Boiro.
Imagen Río Coroño
A pesar de que el lugar en el que se ubica el molino no es excesivamente amplio, si se trata de un lugar hermoso y que refleja muy bien un pasado histórico que, por muy increíble que nos parezca, no queda tan atrás en el tiempo.

Estoy refiriéndome a un lugar en el que podemos encontrar, además de los molinos propiamente dichos, una amplia variedad de vegetación: álamos, "abeleiros", abedules y sauces, entre otros.


Un lugar perfectamente acondicionado para que los turistas, o cualquier persona que pueda estar interesada en el tema, se acerque a este lugar con el fin de descubrir y observar en primera persona, un tiempo de antaño en el que la harina y las "muiñadas" formaban parte de la vida cotidiana de nuestros "antepasados".

Sin embargo, el problema con el que me encontré a mi llegada a los molinos fue que estos se encontraban cerrados, pues solo abrían los lunes por la tarde durante los meses de verano. Por este motivo decidí acercarme a una anciana que vivía justo al lado del lugar en el que se ubicaban con el fin de que me informarme y me relatase un poco más acerca de la historia de los mismos.

Esta señora, con las lágrimas en los ojos durante casi todo momento, fue contándome la historia de como su padre venía al molino muy temprano para hacer el pan y la harina y, como luego esta, junto con su madre, se dirigían  al mercado para venderlo en la plaza con el fin de poder sacar un poco de dinero y salir adelante.

Puedo comprender que a través de estas líneas, la historia que os estoy transmitiendo, no pueda causar en muchos de vosotros alguna sensación de "tristeza"; pero he de reconocer que el haber hablado con esta anciana produjo en mí una sensación de afecto y ternura que una vez más me hizo recordar a mi bisabuela.

Aquí os dejo unas preciosas imágenes del lugar para que les echéis un vistazo; pues como os he comentado el lugar es digno de visitar.





martes, 21 de junio de 2011

Un paraje natural un "tanto peculiar"

A pesar del "tiempo de perros" que me acompañaba a la salida del Restaurante, decidí continuar mi camino y acercarme hasta la "Charca de Abanqueiro"; un pequeño ecosistema con una gran variedad de flora y fauna que muestra parte de la zona más típica lacustre gallega. 
Se trata de un lugar que combina diferentes posibilidades de diversión con la conservación de la naturaleza; un paisaje natural que permite al turista o visitante encontrarse con una serie de organismos exclusivos pertenecientes sólo a estos tipos de parajes naturales. 

Así pues, como amante de la naturaleza que soy, en un primer momento me alcé de valor, y decidí adentrarme en esa especie de "selva" que veis en la foto de abajo; pero el miedo a encontrarme con cualquier animal reptil de grandes dimensiones hizo que retrocediese hacia atrás y me limitase a observar este maravilloso paisaje natural desde un mirador de madera acondicionado para la ocasión.
Imagen "Charca de Abanqueiro" desde el mirador
Desde allí puede apreciar como el anidamiento y la cría de aves acuáticas (algunas de ellas protegidas por la ley), jugaban un papel indiscutible en este peculiar mini-ecosistema, que según los lugareños de la zona, puede llegar a alcanzar, en época de lluvias, una superficie total de 20.000 metros cuadrados. 

¡Para chuparse los dedos!

Siguiendo las indicaciones que me habían dado las señoras del puerto de Bodión, cogí la carretera que une este puerto con Boiro para dirigirme al "Restaurante Chicolino"; el más prestigioso de la localidad boirense e incluso de toda la Comarca del Barbanza.

Cualquier detalle en este restaurante estaba cuidado al máximo; desde la entrada de acceso al mismo, pasando por la recepción, hasta llegar al jardín trasero exterior donde tienen lugar las celebraciones y comidas de mayor categoría y prestigio durante las estaciones estivales.

Imágenes jardín exterior del "Restaurante Chicolino"
Además, según los dueños del restaurante, son muchos los banquetes de boda, bautizo o comunión que se desarrollan en estos jardines; llegando incluso a convertirse en el principal  lugar de reportaje fotográfico en este tipo de eventos.  No obstante, también son muchos los viajeros, turistas (como sucede en mi caso) o forasteros que se acercan a este restaurante de prestigio reconocido para disfrutar de la mejor gastronomía de la zona.

Varios son los menús que se ofrecen en este restaurante, y muy variados también son los precios de los mismos; pues el Restaurante Chicolino ofrece en su carta una amplia gama de productos típicos de la zona a  precios muy variados y asequibles que se encuentran al alcance de todos los bolsillos.

En mi caso, decidí tomarme un capricho y decantarme por una buena mariscada elaborada con el mejor marisco procedente de la Ría de Arousa: gambas, ostras, cigalas, buey y vieira, entre otros. Ummmmm.....la comida estaba para chuparse los dedos; y nada mejor que un buen postre y un café bien cargado para hacer bien la digestión y retomar fuerzas; pues nuestro viaje por la localidad boirense todavía está lejos de "tocar" su fin.

lunes, 20 de junio de 2011

Un poco de tradición popular

Cuando me disponía a abandonar Bodión, se me ocurrió la idea de acercarme a unas señoras que estaban cosiendo redes de pesca en el puerto. El motivo porque el que me acerqué a ellas no fue otro que para pedirle que me hablasen un poco de la tradición más popular, de las costumbres que impregnaban en el lugar, así como también para que me aconsejasen sobre un buen restaurante donde comer; pues con el hambre que tenía lo que más me apetecía era tomar una buena mariscada típica de las Rías Baixas Gallegas.

Estas señoras, muy amables, además de hablarme muy bien de un restaurante, me contaron que en ese puerto tenía lugar (todos los años) durante el primer fin de semana del mes de septiembre, la festividad de la Virgen del Carmen con su respectiva procesión marítima;motivo por el cual el pueblo se convertía durante esos días en un importante destino turístico.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue la historia de los marineros que salían a faenar por las mañanas cantando un himno que en ese momento yo ya conocía, y del que también estoy seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar o incluso escuchado cantar. Me estoy refiriendo al "Himno de la Rianxeira", típico no sólo en Rianxo durante las fiestas de la Guadalupe, sino también en Boiro y en el resto de Galicia (sobre todo en la zona más costera), del cual también me atrevería a afirmar que se está convirtiendo en el segundo himno de Galicia en las últimas décadas.

Aquí os dejo una versión de este himno popular interpretado por el "Coro Avalon". Espero que os guste.

¡Nada de elegir al tun-tun, desde ahora elegiré Rianxeira!

Ha llegado el momento de abandonar la zona de montaña y retomar el viaje por la costa. Mi primer destino será visitar las instalaciones de la empresa Jealsa, comercializadora de la marca de conservas Rianxeira, conocida por el mundo entero y ubicada en el puerto de la aldea costera de Bodión (Boiro).


Esta empresa boirense, representa una de las fábricas conserveras más importantes de Europa y  una de las más antiguas y prestigiosas de Galicia. Sus productos son, como digo, distribuidos y conocidos en el mundo entero y la calidad de los mismos es indiscutible por cualquiera.

La mayoría de la población de esta localidad, así como también de las vecinas trabaja en esta fábrica o en otras asociadas a la misma; por lo tanto, desempeña un papel muy importante en el desarrollo de la economía para la zona.
Así pues, al igual que en mi caso, son muchos los turistas e interesados los que deciden acercarse al lugar para conocer sus grandes instalaciones, teniendo que avisar con un par de días de antelación para que la empresa disponga de una persona encargada de realizar la visita guiada. Pero, según los lugareños, el interés que supone esta empresa también traspasa fronteras; pues son muchos los empresarios importantes de todos los países los que acuden a visitarla con el fin de conocer no sólo sus instalaciones, sino también de hacerse socio de la misma (aunque no muchos lo consiguen).

Otro de los puntos favor de esta empresa conservera, radica en la importancia del entorno específico en el que se encuentra ubicada; pues está situada en un lugar privilegiado que permite al visitante no sólo disfrutar de la majestuosidad de la misma, sino también apreciar desde su puerto unas vistas fantásticas que permiten ver parte de las localidades costeras vecinas de las Rías Baixas, como es el caso de Rianxo.


La fervenza de Cadarnoxo

Tras haber visitado el hórreo más grande de Galicia, mis ganas por seguir conociendo Boiro eran todavía mayores, asique decidí ir en busca de la fervenza de Cadarnoxo, situada en la aldea de Moimenta y de la que me había hablado muy bien el cura párroco de Araño.

De este modo, después de haber preguntado a varios autóctonos de la zona, tomé la carretera que une el centro urbano de Boiro con la localidad de Noia hasta llegar a la aldea de Moimenta. Allí me encontré un desvío a la izquierda con un indicador que me conduciría por fin a la famosa fervenza.

Tras cruzar una pista perfectamente señalizada, llegué a un puente de madera de unos 30 metros aproximadamente desde el cual pude admirar una cascada (cuyas aguas proceden, según los lugareños, de la Sierra del Barbanza) que termina convirtiéndose en un pequeño riachuelo. A su vez, este riachuelo desemboca en el río Coroño y concluye finalmente su curso en la, ya visitada, Playa Jardín. 

Ahora comprendía porque el párroco había insistido tanto en que visitase este lugar; pues este paraje natural de belleza incomparable, me atrevería a afirmar que es uno de los lugares más bellos y hermosos que acoge la localidad boirense.



¡Nos vamos de visita al hórreo más grande de Galicia!

Desde pequeño en el colegio y ya de adulto en la facultad, había oído hablar a mis profesores del hórreo más grande de Galicia. Así pues, aprovechando que me encontraba de vacaciones en la localidad boirense, me sentía obligado a ir a visitar uno de los monumentos más entrañables que forman parte del patrimonio cultural gallego: el Hórreo del Araño.


Araño, a pesar de no encontrarse exactamente dentro del ayuntamiento de Boiro, es una aldea que ningún turista debe dejar de visitar; pues en él se encuentra situado el "Hórreo más grande de Galicia", que todos  nosotros hemos estudiado alguna vez a través de los libros pero que muy pocos hemos tenido la oportunidad de observar "in situ".

Para acceder a la aldea de Araño desde Boiro es muy fácil, tan sólo tenemos que tomar la carretera que va desde Boiro a Rianxo en la cual nos encontraremos con varios paneles informativos que nos irán indicando sobre cual es la dirección que debemos tomar. Una vez allí, comprobamos que es una aldea chiquita y de lo más rural, pero que posee un encanto especial.

Cuando estaba "tirando" el flash para sacar algunas fotos, se acercó a mi el párroco de la aldea (un amable señor de edad bastante avanzada) que sin yo preguntar absolutamente nada, empezó a contarme varias cosas interesantes acerca del hórreo. Me explicó que había sido construido a mediados del siglo XVII, al lado de la casa rectoral (de la cual  también  afirmó que databa de la misma época), me contó que antiguamente era "in situ" (al lado del hórreo) donde tenían lugar las mayores celebraciones del pueblo...; y muchas otras cosas  que hicieron incrementar, todavía más, el interés que yo sentía por el mencionado lugar.


El hórreo se encuentra situado al lado de la iglesia parroquial del Araño y, con sus 37 metros de longitud, 2 de anchura y más de 2,5 de altura, está considerado como el de mayores dimensiones de toda Galicia.

Tras varios minutos observando este maravilloso conjunto arquitectónico, abandoné la aldea de Araño y tomé rumbo hacia el que sería mi siguiente punto de encuentro con esta localidad gallega que todavía contaba con muchos lugares por descubrir.

Un vínculo inesperado

Aprovechando que estaba en los "Castros de Neixón", decidí acercarme a visitar el Pazo de Rivademar (situado a escasos metros del centro arqueológico; concretamente en la aldea de Quinteiro).

Una vez allí los dueños del pazo, una familia apoderada de clase media-alta, muy amables me invitaron a entrar para disfrutar de sus estancias (aunque me prohibieron sacar fotos del interior de la vivienda debido a la gran repercusión que podría suponer la publicación de estas imágenes en la red para los lugareños de la localidad boirense).

Así pues, empezaron a contarme la historia del pazo desde sus inicios; una historia que hasta el momento era interesante pero a la vez un tanto monótona. Sin embargo, la historia empezó a "seducirme" cada vez más cuando empezaron a relatarme la historia de los antiguos dueños del pazo; pues según estos señores, éstos se habían visto obligados a vender todas sus tierras y parte de su patrimonio para abandonar España en la época del franquismo, siendo un tal Lino (un "criado" de confianza de los antiguos dueños) el encargado de vender estas tierras a gente responsable ya que la idea de los antiguos dueños era regresar a España cuando el régimen tocase tu fin.
En ese momento recordé que mi querida bisabuela Pilar (la cual falleció hace 2 años), siempre me contaba la historia de que su marido había trabajado por la zona del Barbanza como sirviente antes de haber contraído matrimonio con ella. El nombre de su marido (mi bisabuelo), como todos os estaréis imaginado, era Lino.

Pues sí mis queridos amigos, tras varias preguntas y uniendo varios "cabos sueltos" averigüé que ese criado en quien tanto confiaron los antiguos dueños del pazo, no era otro que mi bisabuelo; algo que jamás se me habría pasado por la cabeza un par de horas antes, cuando llegué a la entrada del pazo para sacarle unas fotos.